Néstor Sucko trajo a la Argentina el sistema de construcción en seco, con perfiles de acero. Tienen tan buena terminación como las viviendas tradicionales, pero además permiten ahorrar energía y predecir tiempos y costos.
Uno puede tener una casa de marca, así como puede tener un jean de marca o ser fanático de una determinada etiqueta de vinos o de ciertos modelos de autos. Es lo que pasa en los Estados Unidos con las casas que se construyen en seco, en madera o en acero, donde son muy pocas las viviendas hechas con el sistema constructivo tradicional, con cemento, ladrillos y hormigón.
En la Argentina, la marca de estas viviendas es Casarella. Las hace la constructora Oeste Group, con perfiles de acero galvanizado; y, entre otras cualidades, permiten ahorrar hasta 80% de energía en comparación con la que requiere una casa tradicional.
Pero Néstor Sucko, el dueño de Oeste Group, no llegó a esta actividad persiguiendo un objetivo ecológico. Con más de diez años de experiencia en el mercado de la construcción-primero, gerenciando proyectos constructivos en una empresa ajena, Corven; y luego dirigiendo la suya propia-, conocía a fondo la problemática habitacional y había notado varias deficiencias en el sistema tradicional.
"Normalmente, con el sistema artesanal es difícil cumplir con las promesas", explica Sucko. "Al final, uno puede notar que terminó usando 30% más de los materiales calculados al principio. La mano de obra está dispersa porque cada trabajador cumple varias funciones, con lo cual también se dificulta calcular los tiempos con exactitud".
Inquieto por este motivo, en 2009 comenzó a investigar la manera de instrumentar un sistema constructivo que subsanara estas falencias, y se decantó por la utilización de los perfiles de acero galvanizado como insumo; pero, sobre todo, por la metodología de trabajo que permitía la utilización de la "construcción en seco".
"Acá, todos los pasos de la obra se cumplen en la práctica. Se pueden respetar los costos; la mano de obra está bien tabulada; no hay dos formas de hacer la misma tarea", explica.
Al principio, los insumos eran importados. Luego, conforme crecían las trabas a la importación, Oeste Group convirtió todo a insumos nacionales, "buscándole la vuelta para no resignar la calidad". La materia prima es provista por Siderar. "Al principio usábamos el certificado de ellos para presentarlo ante las autoridades; luego surgieron en la Argentina un par de empresas que hacen el conformado del perfil con materia prima de Siderar, y en 2012 obtuvimos nuestra propia certificación", indica Sucko.
AISLACIÓN
Un punto importante que también tiene que ver con las regulaciones y que enlaza con la sustentabilidad es la aislación. Según la norma vigente en la provincia de Buenos Aires, toda vivienda tiene que tener 2 centímetros de aislación. Las Casarella tienen de 4 a 6 centímetros, lo que, junto con la "respirabilidad" de los muros de construcción seca, permite ahorrar electricidad y gas para la refrigeración y la calefacción. "También vamos a incorporar el uso de la energía solar para el calentamiento del agua sanitaria y los pisos radiantes, todo sin desmerecer el confort y la habitabilidad", señala Sucko.
Las Casarella se dividen hoy en dos grandes estilos: las de country (que actualmente son el 80%) y las urbanas, que en gran medida son "hijas" de los planes ProCreAar. Para la construcción tiene su equipo de especialistas: electricistas y gasistas matriculados, colocadores de porcelanatos y cerámicos, pintores, etcétera.
Oeste Group tiene coordinadores de proyecto, que acompañan a los clientes hasta que se hace el render masterizado de cómo quedará su casa. Ahí toma la posta Arquitectura, que hace la obra con el soporte de Compras y Administración. Actualmente está desarrollando un área de Posventa, una especie de soporte técnico para cuando el dueño de una Casarella quiere colgar una alacena o instalar un equipo de aire acondicionado. La próxima meta de la empresa es obtener la certificación ISO 9000, para lo cual está trabajando en controles de calidad de sus procedimientos.
TRABAJAR EN FAMILIA
Nacido en Río Colorado, Río Negro, Néstor Sucko se graduó como Analista de Sistemas y trabajó en esa especialidad hasta 1998. Luego ingresó a la constructora Corven, de donde se fue en 2004 para crear lo que hoy es Oeste Group. En los primeros años trabajó como subcontratista de otras empresas para los planes federales de viviendas. En 2008 dejó la obra pública y se abocó a la obra privada, construyendo edificios en diversos lugares mediante el sistema "tradicional". Ese año incorporó a su hija mayor, Tamara, hoy arquitecta, que se ocupa de las obras. Su esposa, Adriana, lo acompaña desde el inicio manejando la administración. Su hija menor, Victoria, es martillera pública y trabaja en ventas y contratos.